En el siempre sorprendente tablero político mexicano, la Senadora Lucy Meza vuelve a ser pieza clave de controversia. Discípula de las prácticas del ex gobernador de Morelos, Graco Ramírez, Meza ha regresado a su escaño en el Senado despertando más incertidumbres que claridades.
A pesar de afirmar que su labor promocionando a #EsClaudia ya ha concluido, todavía restan días para confirmar si su estrategia tuvo éxito. Con el Senado en receso hasta el 1 de septiembre, muchos se preguntan: ¿Por qué la prisa de la senadora por retomar sus actividades legislativas?
Aunque justifica su retorno basándose en la supuesta finalización de su apoyo a Claudia Sheinbaum, estas declaraciones apuntan más hacia una cortina de humo que encubre intenciones ocultas. No podemos olvidar que Graco Ramírez forma parte del FAM y que, de no salir victoriosa Claudia Sheinbaum, Lucy Meza podría encontrar refugio en la oposición, especialmente si consideramos qué podría estar dispuesta a negociar en caso de un fracaso.
Diversas fuentes al interior del Senado han desvelado las estratagemas de Meza para impedir que su suplente ocupara su lugar, evidenciando una vez más su deseo de controlar la situación a cualquier precio.
Estas acciones, que denotan oportunismo, incongruencia y una falta de ética, rememoran las técnicas del «viejo régimen» y colocan a Lucy Meza en el ojo del huracán político. Dadas las sombrías perspectivas de su candidatura a la gubernatura de Morelos, parece que la senadora está jugando sus cartas para mantenerse vigente en el ámbito político, apostando quizá a una posible reelección en el Senado.